ESTRATEGIAS, RELACIÓN Y COMUNICACIÓN
Como terapeuta, hace muchos años decidí ayudar a los padres a ayudar a sus hijos en la gestión de las emociones. Dar estrategias eficaces y eficientes que permitieran producir cambios sustanciales en las dinámicas relacionales y mejorar la calidad de vida de las familias.
Todo esto me produjo un interés cada vez más intenso hacia las relaciones y los intercambios entre personas, y sobre todo, hacia conflictos entre padres, entre padres e hijos y entre hermanos. La palabra como herramienta principal de trabajo, es muy efectiva con pre-adolescentes, adolescentes y adultos, pero no tanto en los más pequeños, recomendando en estos casos intervenciones indirectas con los padres, o bien instando a que los niños participaran en grupos de ayuda donde un terapeuta calificado (como es el caso de la psicomotricidad de ayuda terapéutica) gestiona las situaciones que surgen de forma espontánea a la sesión para resolver los conflictos que manifiestan los niños en su vida diaria.
Y ese interés por las relaciones, se enfocó cada vez más en la comunicación, Esta comunicación puede ser verbal (lo que se dice y cómo se dice) y no verbal (lo que comunicamos sin palabras, a través de gestos u otras partes del cuerpo). Hay que decir que más del 65% de la información que recibimos de un transmisor es no verbal, y ante señales contradictorias entre las palabra y las que expresamos con el cuerpo, hay que fiarse más de las segundas. Calibrar las incoherencias de estos dos modos de comunicación, nos puede dar pistas de que algo no acaba de funcionar, de que la persona no expresa realmente lo que siente. Esto está a menudo presente en los niños, que tienen dificultades a poner palabras a cuestiones tan abstractas como los sentimientos.
Los niños pequeños, la mayoría de veces, son poco capaces de expresar verbalmente sus emociones, conflictos y deseos, y entonces lo manifiestan a través de la conducta. Los problemas de comportamiento en la infancia, por lo tanto, esconden necesidades, frustraciones y malestar secundario a vivencias reales. Es necesario encontrar un vehículo, dentro juego, donde puedan desplazarse todos sus inquietudes, tanto de casa, de la escuela o de las relaciones sociales. El juego es una gran vía para resolver conflictos y es óptimo instrumento de comunicación.
LA PNL EN LA INFANCIA
La programación neurolingüística o PNL es una metodología centrada en la comunicación y el cambio, y orientada a la solución, produciendo modificaciones profundas en la percepción de la realidad que favorecen la mejora significativa de las emociones y del comportamiento. Valérie Mounier, terapeuta francesa y formadora de PNL, adaptó esta técnica de adultos a niños a partir de 4 años, para ayudarles a superar desde pequeñas preocupaciones grandes sufrimientos. La efectividad de su método le ha llevado a hacer transferencia de su práctica clínica a profesionales del resto de Europa. Uno de sus vehículos son los animales.
ANIMALES QUE RESUELVEN CONFLICTOS
Los animales permiten que los niños salgan de su realidad (asociados) y se posicionen en una situación donde son los animales los que expresan de forma metafórica su historia (de forma disociada). Esto permite al niño desvincularse como primera persona de la situación y poder exponer claramente las dinámicas que le generan malestar. La técnica no es sólo un método de terapia, sino un medio activo a través del cuál los contenidos de la imaginación se hacen reales y visibles.
Ante una cesta de animales, el niño representa la situación vivencial (familiar, escolar o social) que le causa preocupación, malestar y / o sufrimiento. El terapeuta está atento tanto a la elección del tipo de animal escogido de cada miembro, del posicionamiento de los miembros dentro del campo, como de la explicación de la dinámica que da al niño. Una vez se planteada, se le da la opción al niño de modificar la situación tal como la desearía, para que manifieste de manera proyectiva su necesidad, muchas veces motor de su malestar. La búsqueda de la solución por parte del niño, le empodera y le permite ser consciente de que tiene recursos para resolver lo que le inquieta. Es absolutamente clarificadora la necesidad de los niños en manifestar donde está la palanca de cambio para modificar su situación, para aliviarse del dolor que le provoca todo. Es aquí donde el niño, con ayuda del terapeuta, invita a los padres a explicar la dinámica de los animales, con el fin de hacerles conscientes de su vivencia personal. Muchas veces los padres, al tomar conocimiento, pueden resolver sin grandes obstáculos lo que hace sufrir a su hijo, y, si no es posible, porque la situación no tiene marcha atrás, pueden acompañarlo con consuelo y empatía.
RECOMENDACIÓN LECTURAS:
Valérie Mounier. Ayudar a los niños a través de la PNL. Editorial alas.
Valérie Mounier. PNL para adolescentes y padres. Editorial alas.
Helena Alvarado es psicóloga, pedagoga terapeuta y logopeda habilitada. Máster en PNL y Terapia estratégica breve.

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